Athina Jones

Cada adulto lleva dentro un niño que una vez fue, y a veces, ese niño aún necesita ser escuchado, comprendido y sanado. Abordar las heridas de nuestro niño interior no es solo un acto de amor propio, sino una poderosa forma de liberarnos de cadenas invisibles que nos atan a patrones del pasado.

¿Por qué sanar tu niño interior?

Paz emocional: Al sanar viejas heridas, reduces la ansiedad, la depresión y los estados de ánimo fluctuantes que pueden ser desencadenados por traumas no resueltos.

· Relaciones más saludables: Liberarte de los ciclos de relaciones tóxicas o dependientes al entender y sanar las raíces de tus comportamientos.

· Confianza y autoestima: Al reconocer y validar las experiencias de tu niño interior, refuerzas tu autoestima y construyes una imagen propia más sólida y positiva.

· Creatividad desbloqueada: Liberarte de los miedos y las inhibiciones del pasado te permite expresarte de manera más libre y creativa.

· Vivir en el presente: Sanar te permite dejar de reaccionar desde el dolor y el miedo pasados, abriéndote a experiencias actuales más ricas y satisfactorias.

Al sanar tu niño interior, no solo transformas tu propia vida, sino que también afectas positivamente a todos aquellos que te rodean. Es un viaje hacia la autenticidad y la plenitud. Un regalo que cada persona se merece experimentar.